Agustín de Hipona como Doctor Pacis : estudios sobre la paz en el mundo contemporáneo = Augustine of Hippo as Doctor Pacis : studies on peace in the contemporary world / Anthony Dupont, Enrique Eguiarte Bendímez, Carlos Alberto Villabona Vargas (editores)
Colaborador(es): Dupont, Anthony [compilador] | Eguiarte Bendímez, Enrique A. (O.A.R.) [compilador] | Villabona Vargas, Carlos Alberto [compilador].
Tipo de material: LibroSeries Colección Estudios Agustinianos. Libros de investigación.Editor: Bogotá : Editorial Uniagustiniana, 2019Descripción: 2 volúmenes ; 23 cm.ISBN: 978-958-5498-18-1 (obra completa); 978-958-5498-19-8 (v. 1); 978-958-5498-20-4 (v. 2).Otro título: Augustine of Hippo as Doctor Pacis : studies on peace in the contemporary world [Título paralelo].Tema(s): Agustín, Santo, Obispo de Hipona -- Filosofía | Agustín, Santo, Obispo de Hipona -- Teología | Bien y malResumen: Analizar la filosofía política de Agustín es un debate actual, particularmente su reflexión sobre la iglesia y el estado. Esta obra recopila una serie de contribuciones que examinan las perspectivas teóricas de Agustín a este respecto. Agustín comprendió sus responsabilidades como líder de la teología y de la iglesia: la veracidad de la fe y la unidad de la iglesia no podían comprometerse. Nunca dudó en apelar a las actividades civiles con el fin de lograr su objetivo. De hecho, se aventuró a expandir la autoridad civil, al emperador, contra una autoridad eclesiástica como la del papa Zósimo. Esta apelación al brazo secular del poder estuvo influenciada, de un lado, por la preocupación de Agustín sobre la preservación del orden y la paz y, de otro, por su creencia del derecho a la verdad; aunque esta aspiración de Agustín no fue del todo absoluta. Rechazó la idea de que los humanos se debían convertir a la fuerza, contra su voluntad. También condenó cualquier cosa que comprometiera la integridad física de los seres humanos. En resumen, Agustín reconoció el valor del sistema político, lo cual sirvió para salvaguardar los buenos fines de la vida terrenal: la paz y la justicia. No obstante, Agustín creía que la paz y la justicia terrenal eran reflejos de la paz y la justicia celestial, pues es esto último la base del orden y la estabilidad en la tierra.Tipo de ítem | Ubicación actual | Signatura | Estado | Notas | Fecha de vencimiento | Código de barras |
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Libros |
Biblioteca de Guadarrama
Biblioteca Agustiniana Fray Luis de León |
SA XIX-3 913/2-33.1 (Navegar estantería) | Disponible | Vol. 1 | GU-G052484-1 | |
Libros |
Biblioteca de Guadarrama
Biblioteca Agustiniana Fray Luis de León |
SA XIX-3 913/2-33.2 (Navegar estantería) | Disponible | Vol. 2 | GU-G052484-2 |
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SA XIX-3 910/1-5 1987: XVI Centenario de la muerte de Santa Mónica : | SA XIX-3 913/1-11 Nuestro corazón inquieto : | SA XIX-3 913/2-33.1 Agustín de Hipona como Doctor Pacis : | SA XIX-3 913/2-33.2 Agustín de Hipona como Doctor Pacis : | SA XIX-3 913/1-2 Pablo VI cita a San Agustín : | SA XIX-3 913/1-4 Agustín en España (siglos XVI-XVII) : | SA XIX-3 913/1-4.2 Agustín en España (siglos XVI y XVII) : |
Incluye referencias bibliográficas: p. 45-48
Analizar la filosofía política de Agustín es un debate actual, particularmente su reflexión sobre la iglesia y el estado. Esta obra recopila una serie de contribuciones que examinan las perspectivas teóricas de Agustín a este respecto. Agustín comprendió sus responsabilidades como líder de la teología y de la iglesia: la veracidad de la fe y la unidad de la iglesia no podían comprometerse. Nunca dudó en apelar a las actividades civiles con el fin de lograr su objetivo. De hecho, se aventuró a expandir la autoridad civil, al emperador, contra una autoridad eclesiástica como la del papa Zósimo. Esta apelación al brazo secular del poder estuvo influenciada, de un lado, por la preocupación de Agustín sobre la preservación del orden y la paz y, de otro, por su creencia del derecho a la verdad; aunque esta aspiración de Agustín no fue del todo absoluta. Rechazó la idea de que los humanos se debían convertir a la fuerza, contra su voluntad. También condenó cualquier cosa que comprometiera la integridad física de los seres humanos. En resumen, Agustín reconoció el valor del sistema político, lo cual sirvió para salvaguardar los buenos fines de la vida terrenal: la paz y la justicia. No obstante, Agustín creía que la paz y la justicia terrenal eran reflejos de la paz y la justicia celestial, pues es esto último la base del orden y la estabilidad en la tierra.
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