Este libro constituye una sucesión de estampas o impresiones, a modo de reportaje, sobre una vasta región española, de tremendo temblor humano y artístico. Álvaro Ruibal, su autor, no quiso zafarse de esa fuerza nutricia y hace constar que la contempla acaso con mirada de hispanista. Salvo unos cuantos lugares fundamentales, el autor podía elegir otro camino, en la seguridad de que en ambos casos múltiples realidades se le habrían quedado en el tintero. Es una visión fresca, a pesar de las gotas eruditas inevitables que estimamos indispensable para todas las personas interesadas por las ciudades, los pueblos y los paisajes antiguos de España. El autor ya sabe que León es tan espacioso que no cabe dentro de estas páginas.