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Ser líder implica siempre una gran dignidad y una correlativa responsabilidad. En tiempos de confusión, se requieren más que nunca directrices eficaces. El autor se esforzó durante años en configurar un método formativo acorde a la situación actual. Su distinción de cuatro niveles de realidad y su descubrimiento de que cada nivel presenta una lógica propia le ha permitido elaborar una original Pedagogía del descubrimiento. Para conocer las realidades que figuran en los niveles 2, 3 y 4, debemos participar en ellas, es decir, asumir las posibilidades creativas que nos ofrecen y, de esta forma, vincularnos a ellas con una relación de encuentro. Los objetivos del verdadero líder —más social y espiritual que económico o político— se resumen de esta manera en dos: facilitar claves de orientación sobre el sentido de la vida y proponer pautas de conducta certeras.