Esperanza y desesperanza se escribe en un tiempo inclemente y poblado de cadáveres: filas interminables de emigrantes como ovejas sin pastor, humanidades amenazadas por el virus pandémico de la muerte, desesperaciones psiquiátricas, pobrezas cada vez más pobres combatidas trágicamente con dinero, placer, cuerpo y nada. Todo eso está ahí, y es nuestro ahí. En medio de todo lo cual estas páginas ofrecen una forma de vivir con esperanza, asimilando la finitud transfigurada. Son un Adviento, un viento nuevo.