En este nuevo libro de Santiago Sierra encontramos recogida la doctrina agustiniana sobre el Espíritu Santo, es decir, sobre el misterio de Dios, la vida de la Iglesia y el ser cristiano. Es, sin duda, un gran tesoro, un preciosos regalo para saborear despacio, degustando su profundidad y su belleza. Hará un bien inmenso a quienes lo lean. En efecto, todos anhelamos la alegría que "nadie podrá quitar", la felicidad a la que estamos llamados y que, como señala Juan Pablo II. "sólo en Dios tiene su realización plena". Casi iniciando el tercer milenio de fe cristiana, Agustín de Hipona sale a nuestro encuentro con su ejemplo y su palabra. Leamos, pues, con atención esta páginas, dejémonos empapar por la viveza y actualidad de los textos, hagamos de ellos un instrumento de trabajo para nuestra formación teológica y espiritual, avancemos seguros en el camino cristiano, en el camino de la santidad, guiados por ese gran maestro que es san Agustín. El Espíritu Santo, que hizo de él un testigo del Reino, encienda en nuestros corazones el dulce fuego del Amor infinito.