Bibliografía: p. 91-93

San Juan de Sahagún (1429/31-1479), educado en un ambiente religioso, supo llevar a la práctica, durante toda su vida, el amor a los principios de la religión, dentro de un ascetismo y mística muy propios de su época, como sabemos por su amor a la eucaristía y frecuencia del sacramento de la penitencia, el respeto por la ley y preocupación por el estudio. Si Salamanca fue el rayo de luz que iluminó las inteligencias de su época por tierras de España, San Juan fue el pregonero y evangelizador que, pacificando la ciudad, partió de su centro para irradiar la paz y el amor por los reinos de León y Castilla. La fama de agustino traspasó las fronteras y muy pronto se convirtió en símbolo de la paz por Europa, América y Filipinas. Fue canonizado el 16 de octubre de 1690. La ciudad de Salamanca y las Villas de Sahagún y Cea lo celebran como patrono el 12 de junio, día de su festividad.